viernes, 4 de febrero de 2011

Nuevos proyectos para la destrucción en masa

La organización SIPRI declara en el libro Weapons of Mass Destruction and the Environment (Armas de destrucción en masa y el ambiente): "Se está prestando cada vez más atención a la manipulación de las fuerzas geofísicas o ambientales con propósitos hostiles." El informe de esta investigación dice que se ha sugerido la manipulación de las condiciones atmosféricas con propósitos militares. Esto incluye el cambiar las propiedades eléctricas de la ionosfera o troposfera para causar perturbaciones en las comunicaciones, sistemas de radar, navegación y de dirección de los misiles del enemigo. Igualmente, el informe del SIPRI también sugiere técnicas de "guerra climatológica",
En la guerra de Indochina utilizaron cazabombarderos que sembraron sobre las nubes agentes como el yoduro de plata, yoduro de plomo. Las lluvias producidas como resultado arruinaron las líneas de comunicación del enemigo, impidiéndole organizar su contraofensivas, facilitando la ejecución de misiones de bombardeo y creando eventuales inundaciones destructivas. Cuando los ejércitos soviéticos invadieron Afganistán, el entusiasmo despertado por la firma de SALT II terminó abruptamente sin una ratificación oficial del mismo.

Armas del siglo XX

El ritmo de las mejoras en tecnología bélica se multiplicó durante los grandes conflictos bélicos del siglo XX. Durante la Primera Guerra Mundial va a producirse el fin de la era de las armas de filo, y la consagración de la infantería y la artillería como armas esenciales. Nuevos tipos de arma, como el cañón howitzer, eran capaces de destruir cualquier tipo de construcción. El avión, con una década de vida, también pasó a formar parte de los ejércitos modernos, y fue protagonista de muchos campos de batalla, junto a las recién diseñadas unidades blindadas que reemplazaron a la caballería como unidad autopropulsada. En el mar, aparecen submarinos. Como característica del conflicto entre sociedades industrializadas, la escalada de armamento -que consiste en reproducir y contrarrestar cualquier avanzada del enemigo- llevó a la industrialización de la máquina de guerra, provocando una cantidad de bajas antes impensables.


La Segunda Guerra Mundial extrajo de la experiencia de la guerra de trincheras su aprendizaje: a las nuevas armas corresponden nuevas tácticas bélicas, como la blitzkrieg, que causarán la eventual derrota de potencias militares como Francia, aferradas a una concepción de la guerra trasnochada. Durante los 6 años de guerra siguientes se va a producir una vertiginosa competición tecnológica, que no sólo afectará a las tres armas del ejército sino que tendrá como objetivo a la población civil: De un lado, mediante propaganda -y la correspondiente contrapropaganda del enemigo-; de otro, organizando bombardeos masivos sobre grandes concentraciones urbanas, destinados no tanto a causar un daño al ejército enemigo como a paralizar por saturación las vías de transporte.

HISTORIA DE LAS ARMAS

Un arma es una herramienta de agresión útil para la caza y la autodefensa, cuando se usa contra animales, y puede ser utilizada contra seres humanos en tareas de ataque, defensa y destrucción de fuerzas o instalaciones enemigas, o simplemente como una efectiva amenaza. Un arma es por tanto un dispositivo que amplía la dirección y la magnitud de una fuerza.Según otra interpretación, podrían definirse como los dispositivos más sencillos que utilizan ventajas mecánicas para multiplicar una fuerza.En ataque, las armas pueden ser utilizadas como un instrumento de coacción, por contacto directo o mediante uso de proyectiles. Estas herramientas, por tanto, van desde algo tan sencillo como un palo afilado a un complejo aglomerado de tecnologías, como un misil balístico intercontinental

Las armas de la antigüedad ofrecían numerosas ventajas sobre sus precedentes prehistórico, con mejoras significativas en cuanto a sus materiales y técnicas de uso, así como por su mayor durabilidad. El aprendizaje de la fusión de los metales convirtió a los herreros en figuras muy importantes en todas las comunidades humanas, y parte de sus atributos mágicos se debían a la revolución tecnológica que representaban las espadas de hierro, los escudos y la armadura personal. De este refinamiento técnico se siguió un mayor refinamiento táctico, de modo que empezaron a diseñarse armas para fines específicos, como la alabarda o el casco. La difusión de la rueda y la equitación, paralelas al desarrollo metalúrgico, forjaron la primera unidad militar compuesta, el carro de guerra, cuya invención se fecha alrededor del siglo XX a. C.